Una tradición mágica y arriesgada embiste con pujanza en Castilla y León, un
territorio jalonado por ritos taurinos populares de indudable valor antropológico, social y
cultural. Celebraciones con el toro como fuerza arrolladora, músculo e instinto, también como
símbolo de una energía genésica.
Desde el Carnaval de Toro de ciudad Rodrigo hasta
el Toro Jubilo de Medinaceli, el calendario ofrece festejos de inolvidable fuerza expresiva y
emocional. Toros en el campo, en la calle, en los ruedos; encierros, capeas, torneos… Castilla y
León emerge un año tras otro, como un toro desafiante y soberano, orgullosa de su historia frente a
las astas, sabedora de cobijar un caudal ingente de ritualidades y celebraciones de la tauromaquia
de gentes.
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