Los animales se han alimentado con el mismo pienso contaminado por dioxinas
tóxicas que ya se habían detectado anteriormente en cerdos.
Mientras que los niveles encontrados en la carne porcina eran entre 80 y 200
veces superiores a los permitidos por la ley, en los casos detectados en vacuno los resultados
obtenidos son de entre 30 y 350 veces superiores.
Alan Reilly, director de la FAS, afirmó que a pesar de que la carne no cumple
todos los requisitos, estos niveles de contaminación no suponen un riesgo para la salud pública,
por lo que los comerciantes no tienen la obligación de tomar medidas. Lo que sí se está haciendo es
llevar a cabo el sacrificio de los animales contaminados. Este sentimiento del director de la FAS
coincido con el pensar de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, ya que ambas instituciones
permanecen en contacto continuamente.
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