La tauromaquia es una actividad integrante del patrimonio cultural de la
Comunidad y reúne las características para su protección como Bien de Interés Cultural, ya que es
una actividad que forma parte del patrimonio inmaterial de la cultura popular y tradicional de
Castilla y León.
Esta declaración, dentro del marco establecido por la Ley de Patrimonio Cultural de Castilla
y León, tiene por objeto la protección y salvaguarda de esta manifestación cultural desde su propio
carácter intangible. El objeto de esta declaración es la tauromaquia de Castilla y León, referida a
las corridas de toros celebradas conforme a la normativa vigente, heredada de las reglas
establecidas a partir del siglo XVIII y tratándose de una declaración de carácter inmaterial, el
valor de la fiesta, como rito y espectáculo constituye por sí mismo un elemento cultural de alto
valor patrimonial. La declaración se concreta fundamentalmente en las corridas de toros y el arte
de la lidia del toro.
Con esta declaración Castilla y León se suma a otras declaraciones de la fiesta de los toros
como Bien de Interés Cultural, en las comunidades autónomas de Murcia, Madrid y Castilla La-Mancha,
mientras que Navarra aprobó en 2010 una declaración institucional que reconoce la tauromaquia como
patrimonio cultural inmaterial. En Francia, las corridas de toros han sido consideradas como
patrimonio cultural inmaterial por considerar que estos espectáculos constituyen un aspecto
significativo de la historia, con presencia en la zona sur de Europa y en América Latina, incluso
impulsa su reconocimiento por la UNESCO como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
La tradición, la cultura popular, la cultura artística, la literatura, el
lenguaje cotidiano, el arte culinario, la pervivencia de industrias artesanales asociadas a la
fiesta -sastres, bordadores, zapateros, forjadores, fabricantes de muletas, capotes o sillas de
montar, entre otros.- así como el respeto y conservación de la naturaleza del territorio, hacen de
la tauromaquia un hecho excepcional único para Castilla y León, que ha pervivido a lo largo de los
siglos y que trasciende más allá del toro, convirtiéndolo en un hecho patrimonial. Por ello, su
declaración como Bien de Interés Cultural garantiza la protección de este hecho cultural y la
salvaguarda para su transmisión a las generaciones futuras.
Enlace a:
www.boe.es/boe/dias/2014/04/23/pdfs/BOE-A-2014-4380.pdf
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