Summary:
La lidia supone para el toro una situación estresante que se va a incrementar en
la plaza con las percepciones visuales, estímulos dolorosos y otras sensaciones que, unidas al
ejercicio físico al que se le somete, desencadenan una rápida respuesta hormonal para intentar
adaptarse a la situación. La capacidad de rendimiento de un individuo está supeditada a la
aportación energética durante un periodo temporal definido, energía proporcionada por la
interacción de diversos sistemas metabólicos.
Se han medido niveles plasmáticos de Cortisol y de ácido láctico en 30 animales
antes y después de su lidia, para intentar valorar la respuesta hormonal del toro a la lidia y la
capacidad de rendimiento físico.
Se obtuvieron incrementos de cortisol directamente proporcionales al rendimiento
o capacidad física evidenciada por los animales durante su lidia. Podría suponerse un efecto
beneficioso del cortisol debido a su función hiperglucemiante ya que moviliza los depósitos
extramusculares de glucógeno, cuya depleción induciría la fatiga.
Las concentraciones de ácido láctico halladas en plasma aumentaron
considerablemente después de la corrida. No obstante, fueron mayores en la lidia ordinaria y,
particularmente, en los toros que se cayeron durante su lidia, respecto a los que no evidenciaron
caídas. Es posible que el toro sufra el efecto negativo del lactato, dando lugar a la aparición de
la fatiga muscular.
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