Según el actual Reglamento: “Las puyas tendrán la
forma de pirámide triangular, con aristas o filos rectos, de acero cortante y
punzante y sus dimensiones, apreciadas con el escantillón, serán: 29 milímetros
de largo en cada arista por 19 de ancho en la base de cada cara o triángulo;
estarán provistas en su base de un tope de madera, cubierta de cuerda encolada
de 3 milímetros de ancho en la parte correspondiente a cada arista, 5 a contar
del centro a la base de cada triangulo, 30 de diámetro en su base inferior y 60
milímetros de largo, terminada en una cruceta fija de acero, de brazos en forma
cilíndrica, de 50 milímetros desde sus extremos a la base del tope y un
grosor de 8 milímetros”
Hasta el siglo XIX, debido a la diversidad de reglamentos, cada
plaza, tenía un modelo diferente de puya. Destaca dentro de los
principales modelos: puya de limoncillo, denominada así por parecerse a
dicho fruto.
“ La puya de limoncillo no es un capricho de
aficionado ni una imposición reglamentaria de una autoridad; la
puya de limoncillo es una propuesta de los picadores de toros” (
Corrochano p. 99)
El Diccionario de la Real Academia Española lo define como “1. Punta acerada
que un una extremidad tienen las varas o garrochones de los picadores y
vaqueros, con la cual estipulan o castigan a las reses. 2. Antiguo. Púa 3.
Garrocha o vara con puya” [1778]
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